Radios en los años 20. El paso de un «invento» hacia el centro de ocio familiar.

Las radios de los años 20 vieron la transformación de lo que era un invento, una curiosidad científica, en algo de uso masivo.  Las primeras radios no estaban pensadas para un uso habitual, y por el contrario tenían un montón de mandos y ajustes poco obvios.  Al fin y al cabo las personas que lo iban a utilizar eran expertos en electricidad y electrónica…

Todo cambia, y muy rápido,  con las primeras emisoras de radiodifusión, que se podían escuchar con las radios de galena, no amplificadas y de menor coste. Se escuchaban con auriculares y fue una forma de popularizar la radio. Posteriormente vienen las radios amplificadas, donde escuchar la radio se convertía en un acto social, y poco a poco en el centro de ocio y de discusiones familiares.   Incluso, como se ve en la imagen de la derecha, se abre un nuevo "negocio" que es el de los anuncios, la publicidad en la radio.

Por eso, en los años 20 se va modificando esa forma inicial de cajón alargado, con tapa y variedad de mandos, hacia un objeto doméstico más sencillo de utilizar.

Las primeras radios, al estar fabricadas en madera, necesitaban una altura considerable, para poder disipar el calor de las válvulas. Y podemos encontrar a final de los años 20 aparatos con estéticas alargada, como lo son las radios de "capilla" por su forma ovalada, o las "tombstone" o de lápida por su forma cuadrada. Obtuvieron una magnífica acogida en el mercado.

Un ejemplo clásico de estas radios de capilla es la radio Gloritone 26,  cuyas fotos y descripción nos aporta el coleccionista de radios Pepe Casas.

Técnicamente estas primeras radios eran más primitivas que los diseños que se acabaron asentando en el mercado más tarde, de los que el triunfador absoluto fue el superheterodino, el primer circuito que permitía la recepción de emisoras de más elevada frecuencia (onda corta sobre todo) sin menoscabo de la sensibilidad del receptor.

Las radios de los años 20, como esta Gloritone 26, utiliza una técnica anterior, la llamada "Radiofrecuencia Sintonizada", que aunque menos efectiva que el superheterodino funcionaba bastante bien en la mayor parte de la banda de Onda Media.

Aun a día de hoy nos sorprende el sonido y la calidad de recepción de radios de hace casi un siglo, que es posible con radios tan bien conservadas como las de la colección de Pepe Casas (que siempre aporta su gran conocimiento sobre radios a Radioexperto.com),

La foto de esta entrada de blog nos muestra una situación familiar con toda la familia alrededor del aparato de radio.  En los hogares americanos, con salones grandes, se podían encontrar radios de mueble que tenían grandes altavoces y por tanto una calidad y volumen de sonido destacable.

Un ejemplo de este tipo de radios de mueble es la Radio Philco 77 Lowboy, de 1930. Es una radio elegante, de madera noble, que hemos podido restaurar y poner en funcionamiento en nuestro taller de Radioexperto.com.  Tras casi 100 años, resulta mágico poder escuchar la radio en este aparato.

Como curiosidad, esta radio incorporó el "control de tono",  algo que pocas radios incorporaban, y que permite ajustar la calidez de reproducción, en especial para diferenciar la música y la voz.

En mi caso particular puedo afirmar con nostalgia las historias que mi padre me contaba sobre su pueblo de Orense. Nacido en 1929, mi padre vivió el retraso de industrialización en los años 30 y las consecuencias de la guerra civil en los 40, por lo que carecían de electricidad en los pueblos de Galicia, lo que no les impedía disfrutar de la magia de los nuevos inventos como las primeras radios de galena y las posteriores a baterías y electricidad..