Hace unos años (ya unos cuantos, en el año 2000) se inició el cambio hacia el mundo digital. El apagón analógico se acercaba…. En aquellas fechas, en plena campaña electoral, se entregaron licencias de televisión móvil digital, radio digital, y televisión digital.
La televisión y la radio digital sufrieron mucho para arrancar (aun hoy estamos sufriendo cambios en la TDT). Y la radio digital, en concreto, se puede calificar de auténtico fracaso.
La idea no era mala: Tener 3 frecuencias activas para todo el territorio español, con mejor sonido y cobertura que la radio AM y FM. La idea es que una de las frecuencias es única (no permite desconexiones por provincia), mientras otras dos pueden tener contenido local y por tanto estas desconexiones.
La radio digital se denomina DAB (Digital Audio Broadcasting). Cuando se empezó a instalar, en el año 2001, se pusieron varios centros emisores DAB en las capitales de unas cuantas provincias. En teoría se usaban codificación MP2, poco eficiente. En 2008, se montaron dos emisoras DAB+, con codificación MP3, en Torrespaña (Madrid) y Collserola (Barcelona). En 2011, desconectaron las transmisiones DAB iniciales.
Con todos estos cambios, la cobertura de DAB empezó cubriendo el 50% de la población (no del territorio) y desde el año 2011 se ha reducido al 20%.
¿Podemos resumir las claves del fracaso? Seguramente hay muchas, y la crisis económica tendrá que ver para que el gobierno no la haya impulsado mucho en los últimos años. Por ejemplo, los primeros receptores costaban bastante dinero (unos 150 euros), que comparado con los de FM, eran caros.
En mi opinión hay otros motivos: Todos sabemos la dificultad para las cadenas actuales para tener una red de emisoras potente y por tanto alcance en toda España. Hemos visto compras, fusiones, compras de radios locales, por no hablar de las concesiones autonómicas y temas políticos.
Pues bien, con la DAB la cosa cambia para estas grandes cadenas consolidadas. Pone a otras más pequeñas en igualdad de condicione: Pueden llegar a toda España y además con la misma potencia de sintonización desde el primer momento. Ya no hay que girando el dial hasta seleccionar la que mejor se oye. Todas serán similares.
Quizá por este motivo tardemos en disfrutar de buena calidad de radio digital.
En mi caso, como apasionado de las radios antiguas, las de “girar el dial”, me parece que puede esperar mucho más. !Quiero seguir escuchando mi Radiola IIIa de 1923!
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